Cambiar de año, además de correr un número más en el
calendario, supone un límite simbólico en el que nos dan deseos de empezar
nuevas experiencias y hacernos buenos propósitos.
A la hora de pensar en propósitos de Año Nuevo debemos ser
coherentes en lo que queremos, esto no es cuestión de sueños y de grandes metas
que algún día deseamos cumplir, con esto no estoy diciendo que soñar sea malo,
pero es importante tener los pies en la tierra y estar claro en lo que sí es
posible lograr para nosotros en los próximos meses
Brindemos por nuestros sueños!!
Posted by José Manuel