No solo hay que aprender ha escribir, aprender a leer, aprender a andar... También hay que aprender como vivir la vida, cosa complicada, aprender a conocer a la gente, aprender a enseñar. Para aprender a vivir no hace falta profesor, ni nadie que te enseñe, la misma vida te enseña poco a poco, aunque es duro, porque te enseña a base de palos, y mentiras, desgracias y penas, pero para compensar todo eso están las risas, los amigos, y sobre todo la felicidad. La felicidad no debe ser una meta, sino una rutina. No debes desesperarte por los problemas, ni porque veas algo imposible, simplemente, buscar un remedio. Hay que estás siempre bien, y pensar que la vida son dos días y uno llueve, ¿qué hay que hacer? Hay dos opciones: La primera es o sacar el paraguas y seguir adelante o aprender a bailar bajo la lluvia. Sé que esta es la lección más difícil de la vida, y aun peor es aplicarla. Siempre tendremos problemas, siempre, pero hay que echarles cara y no esconderse de ellos, porque un día, pueden llegar a adueñarse de ti, y hacer de ti lo peor.